“En los años 80 y 90 me negué a vivir en el Medellín del No Futuro, me dolía la ciudad y sobreviví con mis acciones, fui parte de la esperanza. Hoy me resisto a vivir en Colombia No Futuro”
Medina The barrio
Nueve jóvenes asesinados en Samaniego, cinco en Cali, dos más en Nariño, dos en Cauca, dos indígenas en Corinto y tres en Venecia Antioquia. Los hechos no mienten, es la población joven la que está siendo masacrada, porque no existen medidas efectivas que garanticen que la población pueda vivir en paz.
Un país de no futuro que pronostica la elegía del desquite, porque como en los años 90, esta Nación negaba las oportunidades a la juventud y el sicariato aprovechó para ofrecer armas y dinero para poder sobrevivir. Hoy ofrece lo mismo pero para que el pueblo se siga matando entre sí.
Mauro Dupuert, Artista y estudiante
“Existe un control armado en toda la zona Nororiental de Medellín, no tan fuerte como el de los 90, pero que poco a poco se ha ido reestructurando haciendo más sutiles las formas de intimidación a la población joven. Por ejemplo, han disminuido las fronteras invisibles en algunos sectores se han convertido es espacios de uso exclusivo para algunos, como lo son las plazas de consumo de marihuana.
Asimismo el desempleo hace que la juventud se enganche en determinado grupo porque tiene una presión económica fuerte en su hogar que suplir. El parche de los “muchachos” es una posibilidad de conseguir dinero para cumplir con las demandas convirtiéndose en un patrón que se repite. Por otro lado el Estado no ofrece condiciones que ayuden a contrarrestar la situación económica. La violencia que se vive en Colombia responde a varias cosas, desde la firma de la paz, algunos territorios que estaban ocupados por la guerrilla se encuentran abandonados, sin presencia del Estado permitiendo así la incursión de paramilitares o de disidentes de las guerrillas”.
Beatriz Cano- Integrante del proceso indígena en el Norte del Cauca
“La situación en el Cauca, norte del Cauca en relación a los jóvenes es complejo, por ser una zona donde hay varios actores armados tanto legales como ilegales vulnerando los territorios. En este momento se está reclutando a los jóvenes llevándoselos engañados o a la fuerza generando desarmonía en las familias y en las comunidades. Con el actual gobierno en el sur de Colombia tenemos un incremento de la violencia por masacres, persecución y asesinatos selectivos que dan la línea para continuar o justificar las políticas militares de seguridad como estrategia de Estado, debido a la riqueza en biodiversidad del territorio en tanto este se convierte en lugar privilegiado para cultivos ilícitos”.
Heriberto Taborda – JAL Comuna 1
“Es innegable que los jóvenes son quienes están siendo atropellados, lo que hace necesario tener un estado de alerta para que las rutas de protección juvenil se activen”.
Humberto Londoño, activista Derechos Humanos
“Masacrar un grupo de nueve jóvenes que representan la vida, la energía, el amor, la juventud, la inteligencia, la libertad, la rebeldía versus la muerte, la oscuridad, el temor y el odio, la decrepitud, lo obtuso y el esclavismo de un sistema mórbido y decadente es la muestra de un estado represor.
La enseñanza es quitarnos las vendas de la desmemoria y de ingenuidad, reconocer, no olvidar al establecimiento criminal y no permitir que ganen más poder y así las diversas poblaciones, la memoria, la vida, la dignidad humana, la República, el estado democrático, de justicia y de derecho detendrá la masacre de un pueblo que jamás permitirá que su sangre cósmica se fugue hacia las alcantarillas putrefactas donde habita el poder obscuro como vampiros chupasangre”.
Y Griega Winikott Cano, winikottlibrispapirolibre@gmail.com