El desarrollo de la humanidad se ha dado de la mano de diferentes momentos de pandemias. Para la OMS (Organización Mundial de la Salud) «pandemia» es «una epidemia en todo el mundo que cruza fronteras internacionales y afecta a un gran número de personas. Varias enfermedades transmisibles pueden representar una amenaza importante para la salud a nivel local, regional y mundial y dar lugar a epidemias o pandemias» .
Esta historia nombrada humanidad ha vivido situaciones como esta, iniciando con la peste de justiniano (590 d. C.), y en esta secuencia, la peste negra o peste bubónica (1347-1351), nueva peste negra (1885-1920), gripe española (1918-1920), gripe asiática (1957-1958), la gripe de Hong Kong (1968), VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana, desde la década de los 70), ébola (desde 1976), SARS (2002-2003), gripe A, gripe H1N1 o gripe porcina (2009), MERS (desde 2012) y en la actualidad las diferentes variables de la COVID-19.
Situación que nos lleva a nuevas formas de relacionarnos a partir de un distanciamiento social, impactando, sobre todo, en los espacios de sociabilidad, siendo difícil volver a pensar que, procesos tan simples como los educativo, van a ser exactamente como antes.
Todo esto se da a partir de un virus que inicia su trasmisión entre las clases medias y altas (porque son estas las que tienen la capacidad económica para viajar) y lo pasan a los más empobrecidos (los meseros, los obreros, los mensajeros, la empleada de servicio, etc.). Todo esto se enmarca dentro de una tremenda depresión económica, que fue precipitada, no causada, por la pandemia. Las tendencias recesivas de la economía venían desde mucho antes, aproximadamente desde el 2008, cuando estalló la famosa crisis de las hipotecas.
Crisis originada desde los bancos. Ya en el 2015 empieza a haber una leve mejoría, pero no alcanza a producir niveles de crecimiento económico, crecimiento de productos, como se esperaba, evidenciando el fracaso del neoliberalismo, de la liberalización comercial y financiera. El fracaso fue, realmente, más grande antes de que estallara la pandemia. Esta lo que hizo fue agigantar las consecuencias de este proceso y acelerarlo. Algunos economistas hablan de que estamos en la antesala de lo que podría llegar a ser una depresión tan mundial, tan grave y eventualmente peor de la que conocimos en la década de 1930.
La Comuna 1 en el marco de esta situación
La Zona Nororiental y la Comuna 1 Popular han sido bastión de la organización social y artística de la ciudad. Se tiene conocimiento a partir del Plan de Desarrollo de las siguientes organizaciones: FEPI, Con-vivamos, Casa de la Cultura APICP, Corporación San Luis, Fundación Ratón de Biblioteca, Corporación Núcleo de Vida Ciudadana, Corporación Casa Juvenil Amigos Unidos, Parque Biblioteca Nororiental, CREM de Granizal, Ludoteca JAC, Red Cultural, Lisadosa, Mojuco, Moder, Dimensión Latina, Sensation Dance, Magic Girls, Xsplot dance, Imperio group, Surandino, Orel, Aromas de mi Tierra, Stilo joven, Ángeles de Charles, Asociación Club de Vida Sol de Oriente, Shirt Star, Crav LGTB, Banda pasión, b.boying kgp, Mágicos crew, Dance Star Blue, Compañía de Danza Noches de Buenos Aires, Stop Dances, Andalay, Black Dragons, los Auténticos Parranderos, Caligrafía Císmica, Ducos, Elaxuz, Mr. Benny, Banda Pasión Musical, Movimiento Crav-LGTB , Grupo Northsur Rocker’S, Hip Hop Kgp, las Alondras del Club de Vida, Caminos de Esperanza, Renacer de la Magia, Escuela Víctor Jara, entre otras.
Hablamos con Willington Vásquez, Terri, un chico de 28 años, habitante de la Comuna 1 que vive en el barrio Bello Oriente. Y ante la violencia de esta Zona supo sobresalir por medio del arte y la cultura hip hop, combinándola con el Brea king.
Para él «la dinámica artística en la Comuna era activa en cuanto a eventos y presentaciones. Se tenía una entrada económica, aunque no mucho, pero entrada, al fin y al cabo. Pero luego de que entramos en pandemia se hizo necesario buscar otras formas para el sustento».
También dice que «Se cerraron espacios para ensayos. La gente no tiene plata para contratar una presentación». Lo que obliga a los artistas a buscar alternativas para continuar con su dinámica. Otro caso es el de los Nativos Latín Crew: «Nos tocó ensayar en la calle, o en la estación del Metrocable, para generar propuestas diferentes al encierro. Pero, también, tocó asumir los comparendos por ensayar o dar clases allí». Esta situación nos obligó a buscar otras formas de conseguir el dinero para los gastos. Tocó recurrir a la economía informal. Pero no nos desmoraliza para seguir en la apuesta por la resistencia cultural y que las apuestas artísticas de la Comuna generen ingresos para vivir dignamente», afirma Terri.
Lo que se relata es una radiografía de una sociedad en crisis, no solo económica y social, que no cuenta con las condiciones para enfrentar una situación como la que vivimos en la actualidad. Quedan algunas preguntas: ¿Qué estará pasando con el gran número de venteros informales, los desempleados, la gran cantidad de migrantes que habitan y construyen nuestras laderas y, nos guste o no, las trabajadoras sexuales que viven en la Comuna 1 Popular y que van en aumento como producto de la crisis?
María Páez: paez49692@gmail.com