Para esta cultura de «en una sola línea» el soñador es un riesgo inminente
Cada uno y cada una tenían clara su tarea, las habían asignado días atrás, solo una era colectiva, no arriesgar más de lo necesario. Además, si algo sale mal, salvaguardar al más chico de la comisión.
Eran las 2:00 p.m. en un lugar equis, distante de la comuna. Un grupo de jóvenes se reunían a revisar los últimos detalles para su acción, sus implementos y sus ropas, no se veía ningún viso de nerviosismo. Dos taxis y una moto fueron suficientes para movilizar a estos osados jóvenes hasta una casa en la periferia de la zona, desde donde se divisaba el objetivo.
«¡Bomba!», gritaron uno por uno los jóvenes. Se inicia la obra de teatro Gritando silencios, montaje del grupo artístico y popular Renacer de la Magia, que en sus puestas en escena da cuenta de historias de vida de víctimas de la violencia política y social, personas desaparecidas, estudiantes, prisioneros políticos y campesinos.
La represión no se hizo esperar. Los funcionarios del Metro, al igual que los celadores, se acercan a interrumpir, quizás por cuestiones de seguridad nacional, porque para esta cultura de «en una sola línea» el soñador es un riesgo inminente. La obra siguió su curso porque la gente pedía con gritos: «¡Termine, termine!», y esos osados artistas populares asumieron el riesgo.
Jairo Edison Mira Grajales:
edisonmira3@gmail.com