El profesional encargado de coordinar el conversatorio en Granizal fue Johan Montoya, psicólogo con enfoque humanista y experiencia en distintos territorios de la ciudad. Según él, trabajar con población sordomuda fue una experiencia enriquecedora: “La comunidad sorda tiene muchísimo que aportar a la seguridad y la convivencia. Desde su diversidad, nos recuerdan la importancia de reconocer todas las formas de comunicación y participación”, expresó. Montoya además resaltó la importancia de promover el manejo de las emociones, una herramienta fundamental para fortalecer la convivencia cotidiana y prevenir conflictos.